Estuvimos cerca, muy cerca. Tanto que casi podíamos tocarlo, estuvimos cerca de esa peligrosa perfección. Escasas rosas para tantos capullos. Pero amiga, quien juega con fuego acaba quemándose. Yo ya probé el fuego y hoy decido alejarme. Eres tu la que ahí sigue y soy yo la que espera que te quemes. La verdad es que esta tardadndo demasiado, pero toda espera obtiene su recompensa.
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